Los niños son impredecibles. De momento están jugando tranquilamente y, en un abrir y cerrar de ojos, estás corriendo con ellos a la sala de emergencias después de una caída o porque tienen fiebre repentina. Todos los padres quieren evitar la sala de emergencias, especialmente en Puerto Rico. Además del riesgo de contraer una enfermedad en el hospital, las largas esperas pueden ser un desafío, especialmente con niños pequeños.